Querer-te

viernes, 31 de diciembre de 2010

Despues del ultimo... siempre va el primero.

Solemos hablar de nosotros mismos, y nos gusta describirnos, decimos lo alto, lo guapos, y lo simpatico que somos, pero nunca somos capaces de decir: "soy una persona segura de mi mismo", a veces nos colmamos de fuerza y si que nos atrevemos, lo decimos pero aún así tememos no estar seguros de ser una persona segura de si mismo.
Pero...¿Que podemos hacer para que los niños sean personas seguras de si mismo?
¿para que superen miedos, y sean capaces de ser precavidos? ¿que vivan aventuras y recorran mundo, pero que aprendan a valorar los riesgos? que aprendan de todo y que ante todo ¡sonrian!
Pues me dá que la receta solo tiene un nombre: AMOR, ¿que amor? Pues que mejor que el amor que desprenden los besos, los abrazos, las palabras de aliento, las miradas, las caricias y todos esos gestos de mama, de papa, de los hermanos, los abuelos, la gente que les rodea, que cada dia dedican aunque sea un segundo de sus vidas a compartirlo con ellos.

Sin duda somos ejemplo, el modelo que seguirán, las formas de actuar que tendran, somos un 99% de lo que serán, ¿porque no autoanalizarnos y dividir en nosotros mismo, lo que queremos dar, y lo que no...?

Bueno, tenía ganas de acabar el año con una reflexion, que me parece (muy) importante, y que creo que merece ser el cierre de 2010, el ultimo pensamiento de 2010, que merece ser el primer gesto que hagamos en 2011.

Y como no, la recomendacion que merece esta entrada, el titulo lo dice todo, el libro no para de hablar en ningun momento, y no solo en el texto, sino por todo el en sí.
UN ABRAZO (uno o mil... todos son terapia, siempre)




Y como no, un abrazo fuerte, ¡pasalo!

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